viernes, 3 de mayo de 2013

Juan Carlos Mestre



ECLIPSE CON RIMBAUD

He pasado la mitad de mi vida en la oscuridad.
He descargado camiones de oscuridad.
He bebido toda la oscuridad.
He dormido con la oscuridad.
He amado la oscuridad y me he acostado con ella.
He tocado las piedras de la oscuridad hasta herirme las manos.
He repetido tu nombre en la oscuridad.
Los pescadores cantan en la niebla de la oscuridad.
Los jóvenes sin vida están despiertos en la oscuridad.
Los músicos y las rameras guardan su corazón en la oscuridad.
He soñado con la oscuridad la mitad de mi vida.
He hospedado mi juventud en el cáñamo de la oscuridad.
He desnudado a la oscuridad y gozado con ella.
He acariciado con dedos de pastor el sexo de la oscuridad.
La oscuridad es la oración de los acordeones nublados.
La oscuridad vive en las palabras que descifran la muerte.
La oscuridad habita los suburbios de la belleza.
Dad de ladrar al perro de la oscuridad.
Oíd la lepra sagrada de la oscuridad.

*** 

La nostalgia es un pájaro que enciende su rumor en la noche

En una ciudad de provincia. En una ciudad con tiendas de ultramarinos y ángeles que cruzan el cielo en bicicleta.
       Es una tarde de domingo, a eso de la tibia luz del anochecer cuando aún no han dado las ocho.

Bajo la dulce curva de los soportales las muchachas como yedras fragantes ensueñan el melado torso de los jóvenes.

Mi memoria advierte esa dicha, el celeste vapor que los labios exhalan entre palabras secretas. Lo que recuerdo es
       hermoso, como el aceite que resbala de una tea encendida y fulgente se esparce sobre los cuerpos desnudos,
       sobre el súbito mármol de los amantes dormidos.

Lo que borda la ternura sobre los valles del Bierzo, lo que lentamente abolido aún palpita como un rubí en el melodioso
       pico de los pájaros. Así os he sentido, libres y gozosos días donde viví cansado por la luz, radiante, estremecido,
       hijo de la tristeza y los relámpagos.

En una ciudad de provincia. En una ciudad con escaparates y jardines y trenes silenciosos. En una oscuridad amenazada
       por el muro cinerario de la aurora.

El otoño era bello, nuestros pensamientos tenían la sonrisa del niño que se baña en el río. Como nacidos del puente o
       de la torre, como la piedra, despacio, el deseo de la aventura fue huyendo de nosotros, como la albahaca de los oteros
       de junio, como el jaspe que lanzado por la honda silba brillante hacia los cielos.
Llueve, esa gente que soy y que conozco ha salido a la calle, al céfiro suave de los dialectos del monte. La noche ha puesto
       lámparas apagadas en los nidos vacíos, solitarios pastores en las tristes cañadas del otoño.

Ya lo sabéis, como esa postal borrada por el sol que guarda en su zurrón un cartero celoso.   

*** 

Poema del lejano

El que desterrado por la pobreza
vive sin corazón en lo lejano,
y a nada atiende como suyo
y es lóbrego y cansado bajo el cielo.
El que sale vencido de su casa
y lo arrastra la gente en su murmullo
y transcurre vacío por la calle
y se sienta delante de una máquina.
El doloroso de razón frente a la vida
que muere en la esperanza y no regresa.
A este que nadie ha despedido
y toma el tren un día hacia la aurora.
Nadie lo sabrá, su historia es triste
como un mar que nadie ha descubierto.
No ha querido mirar la primavera,
trabaja por volver, brotar un día
como el árbol florecido que en su huerto
daba sombra y destino a la mañana.
Pensaréis que el cielo habrá de perdonarlo,
pensaréis que el amor,
ciudad y pájaros y torres
sonará de nuevo campanas en sus ojos.
Pero él, que perdido en lo lejano
fue escombro de alameda, ha muerto.
No lo lloréis,
junto a aquel leño oscuro
brotaba un manantial honrado. 

BIOGRAFíA:  Juan Carlos Mestre nació en Villafranca del Bierzo, en 1957. Su primer poemario fue "Siete poemas escritos junto a la lluvia". A éste le siguió "La visita de Safo". Con su tercer poemario, “Antífona del otoño en el valle del Bierzo", publicado en 1982, resultó ganador del Premio Adonáis.
En 1987, durante su estancia de varios años en Chile, publicó "Las páginas del fuego" y, más tarde, de regreso a España, "La poesía ha caído en desgracia", por el que se le otorgó en 1992 el Premio "Jaime Gil de Biedma".
Con "La tumba de Keats", escrito y editado durante su estancia en Italia como becario de la Academia de España en Roma, fue galardonado con el "Premio Jaén de poesía" de 1999.
Como grabador ha obtenido la Mención de Honor, 1999 en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional (1999) y en la VII Bienal Internacional de Grabado de Orense (2002). Ha expuesto su obra gráfica y pictórica en España, Europa y América, editado libros de artista y realizado grabaciones discográficas junto a músicos como Amancio Prada, Luis Delgado, José Zárate o Pedro Sarmiento. En sus recitales poéticos se suele acompañar musicalmente con un acordeón o cualquier otro instrumento que considere oportuno.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Carlos_Mestre
Página oficial de Juan Carlos Mestre: http://www.juancarlosmestre.com/

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