martes, 18 de enero de 2011

Rubén Vela



MANERAS DE LUCHAR

Que no me digan
que escriben simplemente,
que dicen el poema
sin pensarlo siquiera.
Que él nace porque sí.

Es un arduo trabajo,
un oficio de herreros,
un hacer proletario.
Un cansancio que continuará mañana.

Que no me digan
que se hacen poemas sin sudores,
sin una larga y violenta jornada de trabajo.
Tengo las manos como las de un labriego,
duras, gastadas, llenas de poemas.



*****
Haikus

El poema como una piedra
Desprendida de la rosa.

El poema como una piedra
Donde habita la rosa. 
*****

Entre la palabra y su silencio, el espejo.
II
Detrás del espejo siempre hay otro espejo.
III
Alucinaciones necesarias: el espejo que transforma
La palabra. La palabra que modifica el espejo.
IV
En medio del espejo la persistencia de la sed.
VIII
Génesis del poema: un pájaro invisible mirándose
en el espejo hasta tornarse visible (¿Es el mismo
pájaro, no ha cambiado el espejo?).

IX
Asir el espejo. Detenerlo. Forzarlo. Construir el
poema.
X
Pequeña sonrisa que ilumina el espejo, dame un
relámpago más bello todavía: la palabra como
Una herida, y, en la herida, esa sonrisa.
XI
La sonrisa que dispensa el silencio más perfecto.
XII
En la casa del poema Dios guarda la entrada y el
Diablo la salida. Un mismo espejo.
XIII
¡Poesía, poesía, ocúltate hasta que ya no sea necesario
encontrarte!
XIV
Defender el poema de la mente.
XX
Espacios en el espejo: la muerte y el sol se parecen.
XXI
La luz inmediata viene del espejo. Más allá del
espejo está la luz. Más allá de la luz se repite
el espejo. (152-156)


Sitio Oficial: http://www.rubenvela.net/


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