sábado, 27 de abril de 2013

Julio Cejas

 

 

 

TANGO ADENTRO

Afuera
el aire de la noche cae
sobre el desorden musical de las veredas
mientras muy cerca de mis labios
mi copa se desborda de silencio
y ecos de una risa
que me sigue en forma de nostalgia
a veces como un tango que suena lejano
y otras veces como lágrima de vino
de ciudad y luna trasnochada.

Quiero gritar en cada esquina
espantar su nombre
y borrar el arte ausente de sus pasos
pero siempre
siempre es tumulto en mi pecho la pregunta
por qué
por qué la quise tanto.-


De (Al sur Del Norte Del Sur) 2006-


EXODOS

Cuesta arriba de la vida
como hormigas derrotadas
se mueven lentos los endebles huesos
respirando los horrores inhumanos.
A lo largo de la columna de hambre
y a los costados del olvido
van quedando los vacíos ojos
mirando tiesos los míseros enseres
testigos de la última esperanza.
Por momentos
el aire alivia y castiga irrespirable.
El agua huye.
Los enfermos claman por un beso de la muerte
y el dedo responsable
se mueve indiferente por el mundo
mientras la paz como una sombra herida
febril se ha detenido.-

VERDE

Tal vez estuvo siempre
en el trasfondo de lo amado.
En el ápice del nombre.
En la memoria del árbol.

Tal vez su madre fue doña celeste
y su papá don amarillo.

Es pulso.
Vida.
Motor del movimiento.
Para hallar un nombre la esperanza
a su color hizo adoptivo.
Al respecto
no queda más nada que agregar.
LORCA lo quería.-

De (ESTADOS) 1994-

Yalal ad-Din Muhammad Rumi




Vienes a nosotros
desde otro mundo.

Desde más allá de las estrellas.
Vacío, trascendente, puro,
de belleza inimaginable,
trayendo contigo
la esencia del amor.
Transformas a todo aquel tocado por ti.
Preocupaciones mundanas,
problemas y lamentos
desaparecen ante ti,
trayendo regocijo
al gobernante y al gobernado
al campesino y al rey.
Nos desconciertas
con tu gracia.
Todas las maldades
se transforman en bondades.
Eres el Alquimista Maestro.
Enciendes la llama del amor
en la tierra y el cielo,
en el alma y corazón de cada ser.
A través de tu amor
se funde la no-existencia y la existencia.
Los opuestos se unen.
Todo lo profano vuelve a ser sagrado.

*** 

¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?,
pues no me reconozco a mi mismo.
No soy cristiano, ni judío,
ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste,
ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza,
ni de los cielos giratorios.

No soy de la tierra, ni del agua,
ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo,
ni de la existencia, ni de la entidad.

No soy de India, ni de China,
ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak,
ni del país de Jurasán.

No soy de este mundo,
ni del próximo,
ni del Paraíso,
ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva,
ni del Edén,
ni Rizwán.

Mi lugar es el sin lugar,
mi señal es la sin señal.
No tengo cuerpo ni alma,
pues pertenezco al alma del Amado.

He desechado la dualidad,
he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco,
Uno conozco,
Uno veo,
Uno llamo.

Estoy embriagado con la copa del Amor,
los dos mundos han desaparecido de mi vida;
no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana.
***
Conviértete en el Cielo

En el seno de este nuevo amor, muérete
Tu camino comienza en el otro lado.
Conviértete en el cielo
Con un hacha ataca el muro de tu prisión.
Escápate
Sal como si te hubieran dado a luz en
Un mundo de color.
Hazlo ya.
Estás cubierto de espesas nubes
Deslízate. Muere.
Silencio.
La quietud es señal segura de que
Has muerto.
En tu antigua vida ansiosamente huías
Del silencio sin cesar
Ahora se asoma la luna llena enmudecida
***

A través de la eternidad
La Belleza descubre Su forma exquisita
En la soledad de la nada
ella coloca un espejo ante Su Rostro
y contempla Su propia belleza.
Él es el conocedor y lo conocido,
el observador y lo observado;
ningún ojo excepto el Suyo
ha observado este Universo.


La Belleza y el Amor son cuerpo y alma.
La Belleza es la mina,
el Amor, el diamante
Sin causa, Dios nos dio el Ser;
sin causa, devuélvelo otra vez.


La Belleza del corazón
es la belleza duradera:
sus labios brindan
el agua de vida para beber.


Verdadera es el agua,
quien la vierte,
y quien la bebe.
Los tres se vuelven uno.
Esa unidad no la puedes conocer
por medio de la razón.


Toda una vida sin Amor no cuenta
el Amor es el Agua de Vida
¡bébela con el alma y el corazón!
Biografía: 
Yalal ad-Din Muhammad Baljí en persa, Celaleddin Mehmet Rumi en turco, o جلال الدين محمد رومي Yalal ad-Din Muhammad Rumí en árabe, también conocido como «Mawlana», «Mavlana» o «Mevlânâ», que significa «Nuestro Señor» en árabe (con sus adaptaciones fonéticas al persa y turco, respectivamente) fue un célebre poeta místico musulmán persa y erudito religioso que nació el 30 de septiembre de 1207 en Balj, en la actual Afganistán —aunque en aquella época pertenecía a la provincia del Gran Jorasán de Persia— y murió en Konya —en aquella época parte del Sultanato de Rüm, de la dinastía de los turcos selyúcidas—, un 17 de diciembre de 1273, razón por la cual se conmemora cada año el fallecimiento de este ilustre pensador y místico sufí del Islam en dicha ciudad de la Anatolia turca. También es conocido como Rumí, que significa «originario de la Anatolia romana» ya que la Anatolia era denominada por los turcos selyúcidas como la «tierra de Rum (los romanos)», en referencia al Imperio Romano de Oriente más conocido como Imperio bizantino.

La importancia de Rumí trasciende lo puramente nacional y étnico. A través de los siglos ha tenido una significativa influencia en la literatura persa, urdú y turca. Sus poemas son diariamente leídos en los países de habla persa como Irán, Afganistán y Tayikistán y han sido ampliamente traducidos en varios idiomas alrededor del mundo.

Luego de su muerte, sus seguidores fundaron la orden sufí Mevleví, mejor conocidos como los "Derviches Giróvagos", ya que realizan una meditación en movimiento llamada "semá" donde hombres (y actualmente, mujeres) giran sobre si mismos acompañados por flautas y tambores.


Wisława Szymborska



 "Niño geopolítico contemplando el nacimiento del hombre nuevo"
obra del pintor Salvador Dalí

Fin y principio

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.


De "Fin y principio" 1993       
Versión de Abel A. Murcia



                Descubrimiento
Creo en el gran descubrimiento.
Creo en el hombre que hará el descubrimiento.
Creo en el terror del hombre que hará el descubrimiento.

Creo en la palidez de su rostro,
la náusea, el sudor frío en su labio.

Creo en la quema de las notas,
quema hasta las cenizas,
quema hasta la última.

Creo en la dispersión de los números,
su dispersión sin remordimiento.

Creo en la rapidez del hombre,
la precisión de sus movimientos,
su libre albedrío irreprimido.

Creo en la destrucción de las tablillas,
el vertido de los líquidos,
la extinción del rayo.

Afirmo que todo funcionará
y que no será demasiado tarde,
y que las cosas se develarán en ausencia de testigos.
Nadie lo averiguará, no me cabe duda,
ni esposa ni muralla,
ni siquiera un pájaro, porque bien puede cantar.

Creo en la mano detenida,
creo en la carrera arruinada,
creo en la labor perdida de muchos años.
Creo en el secreto llevado a la tumba.

Para mí estas palabras se remontan por encima de las reglas.
No buscan apoyo en ejemplos de ninguna clase.
Mi fe es fuerte, ciega y sin ningún fundamento.



La realidad exige...

La realidad exige
que lo digamos bien claro:
la vida sigue su curso.
Sucede así en Cannas y en Borodinó,
en los llanos de Kosovo y en Guernica.

Hay una gasolinera
en una pequeña plaza de Jericó,
hay bancos recién pintados
cerca de Bila Hora.
Las cartas van y vienen
entre Pearl Harbor y Hastings,
pasa un camión de muebles
bajo la mirada del león de Queronea
y solo un frente atmosférico amenaza
los florecientes jardines cercanos a Verdún.

Hay tanto de Todo
que lo que hay de Nada queda muy bien cubierto.
De los yates de Accio
llega la música
y en la cubierta, al sol, bailan las parejas.

Pasan siempre tantas cosas
Que seguro tienen que pasar en todas partes.
Donde hay piedra sobre piedra
hay un carro de helados
cercado por los niños.

Donde estaba Hiroshima
de nuevo está Hiroshima
y se siguen produciendo
objetos de uso cotidiano.

No le faltan encantos a este hermoso mundo
ni tampoco amaneceres
para los que merece la pena despertar.

En los campos de Macejowice
La hierba es verde,
y en la hierba, como pasa en la hierba,
la escarcha, transparente.

Quizá no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla,
los aún recordados,
los hoy ya olvidados,
bosques de cedros y bosques de abedules,
nieves y arenas, pantanos irisados
y barrancos de negro fracaso
donde en caso de urgencia
satisfacemos ahora nuestras necesidades.

Qué moraleja sale de todo esto: parece que ninguna.
Lo que de verdad sale es la sangre que seca rápida
y siempre algunos ríos, algunas nubes.

En esos desfiladeros trágicos
el viento se lleva los sombreros,
y es inevitable:
la imagen nos da risa.


De "Fin y principio" 1993
Versión de Abel Murcia


Biografía

La escritora y poeta polaca nació en Prowent, localidad que fue absorbida por Bnin, la que a su vez hoy forma parte de Kórnik, cerca de la ciudad de Poznań. Su familia se trasladó en 1931 a Cracovia, cuando ella tenía 8 años, y a partir de entonces esta va a ser su ciudad donde cursará sus estudios y vivirá hasta su muerte.

Después de terminar la educación secundaria, trabajó en los ferrocarriles y, más tarde, ingresó en la Universidad Jagellónica a la carrera de Lengua y Literatura Polaca y Sociología, que no concluyó por problemas económicos.

En sus años universitarios comenzó a publicar poesía en periódicos y revistas (su primer poema publicado fue Busco la palabra, aparecido en el suplemento literario del diario Dziennik Polski en marzo de 1945), en una de las cuales trabajó como secretaria e ilustradora. En Vida Literaria, revista en la que entró en 1953, tuvo una columna de crítica (1968-1981). Su primer poemario apareció en 1952 (debería haber publicado su primer libro en 1949, pero no pasó la censura). Más tarde, repudiaría de sus dos primeros libros publicados, por estar demasiado apegados al realismo socialista.

Fue miembro del comunista Partido Obrero Unificado Polaco, del que con el tiempo se iría distanciando hasta adoptar una postura crítica (en 1957 ya comienza a tener contacto con disidentes, entabla amistad con Jerzy Giedroyc y colabora en su revista Kultura que se publica en París).

Traductora de obras literarias del francés, perteneció a la Unión de Escritores y la Asociación de Escritores, y obtuvo numerosos honores y premios, entre los que destaca el Premio Nobel de Literatura 1996.

Se la emparenta, geográfica, generacionalmente y por calidad, a escritores como Herbert o Milosz, a quien admiró desde muy joven.
 
Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Wis%C5%82awa_Szymborskahttp://es.wikipedia.org/wiki/Wis%C5%82awa_Szymborska

miércoles, 24 de abril de 2013

Antonio Colinas

 
Antonio Colinas mensaje para la Universidad Blaise Pascal

Alberto de Jesús Goicouria



Doctor de la calma,
padre de la sospecha,
fija mirada sombría
que en tus ojos se clava
y vos sonriendo de ignorancia.

Es tu vida la que quiere.

Tibia, sutil y lentamente
en su juego te pierdes.

Ama tu libertad, tu deseo,
olvidas quien eres por un instante
y ya no habrá otra cosa
más que ansias de muerte
pues te ve y sabe lo que eres,
conoce tu corazón,
de ser feliz
ya no quedará un sueño siquiera.

Que no pase por hombre tu verdugo
o se diga de inhumana tu agonía,
nadie sabrá siquiera que pasó.

Lo primero que en vos circunda
es incertidumbre, duda y desconfianza,
luego la vista de tu alma se nubla,
todo es sombría oscuridad,
fuego sofocante de vacío
y te agitas asfixiado
y te estorba tu propio cuerpo.
Sudor frío y la calma no llega.

¿Quién te habla? ¿Quién te habla?
¿quién te habla?. Nadie, nadie,
estas solo, completamente solo,
son rumores, voces muertas, ecos,
estas solo, solo, solo,
te ahogas en la desesperación,
en llantos de sangre que nadie percibe,
en la miseria y en soledad nauseabunda
y él se regocija en el aroma de tu sufrimiento.

El tiempo parece detener su marcha
y te estrujas desgarrado, corroído,
asquerosamente como fuera del mundo.

Te ve, te mira con alegría sucia
y sin saber quien es le pides ayuda,
ahora mentiras y pesimismo y falsas reflexiones
y sueños rotos, fantasías nefastas
te empapan y envuelven desde el aire de su boca
y él se relame y frota sus manos
pues jamás sabrás
que el terror tiene mis ojos
y los tuyos también.

Juan Vicente Piqueras




Juan Vicente Piqueras (Valencia, 1960) se define como un “poeta rupestre que hasta ayer dibujaba sus poemas en una caverna”. Gracias al flamante Premio Loewe que aún le cuelga del cuello, ha pasado “de desconocido a reconocido sin pasar por conocido”. Esta tarde estará, en el marco de las celebraciones de la Noche de los Libros, leyendo algunos poemas de Atenas, su último libro, en el Real Jardín Botánico de Madrid. La tarde anterior nos atiende por teléfono, recién llegado al hotel. “Espera, que me quito los zapatos, que diré cosas dolorosas si me los dejo puestos... Ya.”

Pregunta.- ¿Qué va a leer en el Jardín Botánico?
Respuesta.- Poemas de Atenas y algún inédito.

P.- ¿Qué le parece el sitio como fondo para sus palabras?
R.- No he estado nunca, pero me han enviado fotos. Es precioso, con todos esos castaños, uno de los árboles más característicos de Madrid.

P.- La lectura de poemas forma parte de las actividades del Día del Libro. ¿Cuál es su sentir acerca del futuro del libro, más allá del formato?
R.- El libro es una invención perfecta. Difícilmente sustituible, como el pantalón. Es la cultura condensada en algo que se puede tener en la mano, aunque sea en papel o en iPad. La transmisión de la memoria y el diálogo con otras personas a través del tiempo y el espacio es una necesidad.

P.- Dijo Álvaro García, el anterior ganador del Loewe, que Atenas “es una vuelta al romanticismo con la desesperación propia de nuestra generación”. ¿Son buenos tiempos para la lírica?
R.- Eso son palabras mayores propias de cuando tienes que condensar un libro de 40 poemas en dos líneas. En cierta medida, sí, pero más bien mis poemas, y concretamente los de Atenas, son el testimonio, el temblor de alguien que asiste al fin de un mundo conocido. Aunque desde que el mundo es mundo estamos viviendo el final de los tiempos y a la vez el primer día de la creación.

P.- ¿Qué ha supuesto el Premio Loewe para usted?
R.- La paradoja de dejar de ser un desconocido para ser un reconocido sin pasar por conocido. Desde 1985 vivo fuera de España, publicando en la distancia, mandando mis poemas a premios y editores. Éste es el undécimo, pero no salgo en las antologías, siempre he estado un poco al margen. Con este reconocimiento mucha gente me leerá, porque Visor distribuye muy bien.

P.- Aldea, Atenas, Adverbios de lugar, Los caballos de Aquitania... Los lugares son importantes en su poesía. ¿Qué representan?
R.- Hay un verso que dice que los lugares son dioses anteriores a los dioses. Tienen una carga de magnetismo que hace que en ellos se construyan templos, se celebren romerías... Eso se siente en ciertos puntos y ciertos momentos concretos. Para mí eso es muy importante, como alma inquieta ando buscando un lugar que pueda llamar mío y aún no lo he encontrado. Ahora estoy en Argel, un territorio a priori hostil pero en el que he encontrado una constelación de gente que lo hace entrañable y maravilloso.

P.- En Atenas asistimos al hundimiento actual de Grecia. ¿Qué hay más allá, a nivel personal? ¿Qué hay de sus propias zozobras en él?
R.- Todo. Estos poemas tratan de un hombre que escribe y manifiesta sus zozobras. No es un libro social ni político, aunque el trasfondo sea la situación dramática que atraviesa Grecia. Es curioso: Europa nació en Grecia, era una doncella que raptó Zeus convertido en toro en una playa de Creta, y ahora vuelve allí a morir, o agonizar, o sangrar. Es una señal de que el continente no está unido. Si lo estuviera, el problema griego lo resuelve un banquero alemán en un pispás. Europa sigue siendo un sueño, un mito.

P.- ¿A qué poetas admira?
R.- Admiro mucho a la contemporánea Szymborska, a su capacidad para llegar a emocionar a través de la sencillez. Pero soy muy ecléctico, hasta los poetas que no me gustan, me gustan. Y de los que más me han marcado debo nombrar a Fernando Pessoa, Shakespeare, Vladimir Holan, y de los españoles, desde Quevedo a Claudio Rodríguez y José Hierro.

P.- Su poesía comparte esa sencillez que alaba a Szymborska.
R.- Ojalá. La sencillez es una conquista, algo a lo que aspirar, como manera emotiva de acercarse al otro. Es fácil decirlo pero no conseguirlo. Llamamos sencillo a un trozo de pan, al vino, al aceite, al queso, pero son elaboradísimas y complicadísimas. La sencillez del pan tiene una sofisticación extrema.

P.- Ha vivido en Roma, en Atenas, ahora en Argel. ¿Cómo se ve España desde la distancia?
R.- Muy mal. España, por lo general, despierta simpatías en los países por los que he pasado. Pero da pena y vergüenza que te digan “hay que cuidar la marca España” y al mismo tiempo salgamos en las portadas de todo el mundo por la corrupción.

P.- ¿Qué cree que le puede aportar Argel a su poesía?
R.- Argel tiene algo de retorno, de Ítaca. Todavía es “antes”. Es como volver a mi pueblo. Está más cerca de España culturalmente de lo que parece, a pesar de la presión que ejerce la moral islámica. Tiene el mismo paisaje mediterráneo, con palmeras, nísperos, jardines, el mar, la bahía... Mis libros y yo somos muy mediterráneos. Soy feliz donde está el pan, el vino, el queso, una palmera y el mar enfrente.

P.- ¿Está escribiendo algo o el traslado y su nuevo cargo como jefe de estudios del Instituto Cervantes de Argel no le han dejado tiempo aún?
R.- He tenido poco tiempo para escribir. Para mí es una terapia y cuando no puedo hacerlo por más de una semana me pongo enfermo porque se me quedan las cosas dentro. Escribir es un proceso digestivo, en realidad.

P.- ¿Cómo es el centro de la institución en Argel?
R.- Funciona muy bien, el ambiente de trabajo es el mejor de todos los sitios en los que he estado. Cada vez tenemos más alumnos, pero nos faltan profesores y más espacio para satisfacer esa demanda. Nos estamos muriendo de éxito. Además del interés por aprender nuestro idioma, el Cervantes es para los alumnos un oasis, con un jardín muy bonito donde pueden hablar chicos con chicas, fumar, opinar, conseguir libros y ver películas... Es un pulmón de libertad.


Fuente: http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/4688/Juan_Vicente_Piqueras

Alicia Saliva















Jorge Luis Borges









el canto espera


se sabe poco lejos de las arpas


que cuelgan sus cuerdas


en ramas de árboles extraños





y la lengua de los sauces


de sus lágrimas


verdes y largas como caricias en el río


hoy dejan que el aire escuche


sólo el roce del viento en el agua





manos tejedoras


mezclaban la canción de sus hilos


-va bien ese rojo estridente sobre la piel apagada-


con tonos soleados


de las cuerdas de las arpas





ahora


en una vera donde la noche trae


oscuro silencio de luces





enmudecieron las agujas





no se oye ni un choque de metales


en el vasto número de los mundos


/que el canto esperan





(De Las veredas del agua)

















poniéndose detrás, a los pies de él,


comenzó a llorar…


Lc. 7, 36





¿Ves a esta mujer? 



no sabe de largos mares ni desiertos


hundimientos, atracos, bonanzas


que trajeron perfumes y frascos de alabastro





ella sólo recibe la abundancia





sus cabellos descuidados


negros como el olor amargo de su vida


enmarañada entre mis pies





sus cabellos que no terminan


tanto deseo


apenas mojado


entre lágrimas y perfumes  





ese amor aroma


oferente


¿dónde tuvo crianza, quién pudo nutrirlo?


si lleva siempre la piel vieja y sucia como humareda


ajena el alma y el cuerpo al placer del agua





¿La ves?





cómo no verla


si se entrecierran las ventanas porque huele y grita cuando pasa


sólo el viento se le queda


enredándose un poco con el polvo, el frasco, los cabellos, las sandalias





ella no imagina


no sabe dónde algo le arde








para derramar su deseo fresco


de humedecer la carne y el aire amados





que oliera a nardo y el bálsamo le entrara en el alma 





¿Pero no ves a esta mujer?





no,


no viste nada de lo que ella viera





callada como las costas


trae perfumes, collares, cabellos





habla la lengua del infinito





una gota fragante mezclada en su cuello


atraviesa la mata de pelo con que frota el suelo


se escapa del charco de pies y de lágrimas


y no se evapora





ni siquiera entre estos versos