miércoles, 29 de septiembre de 2010

La mujer de nadie – Luis Artigue

“La mujer de nadie” cuenta una historia tan simple que parece casi imposible —o innecesario— hacer literatura de ella. Pero Luis Artigue la hace, y la hace con sabiduría, con belleza, con ingenio y, sobre todo, con un temple inusitado que convierte una trama sencilla en una serie de metáforas de proporciones universales.
“La mujer de nadie” nos sumerge en la azarosa existencia de Remedios Varo, una pintora de principios del siglo XX que vive apasionadamente y ajena a cualquier convención mientras la Historia, con sus guerras (la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial), la expulsa primero de España y después de su exilio en París, para terminar en México. Y se podría columbrar, merced a estos elementos, que estamos ante una nueva “clásica” novela sobre la guerra, o ambientada en ese fecundo caldo de cultivo literario que es la mitad del siglo XX; pero nada más lejos de la realidad. Este libro utiliza el entorno y los acontecimientos históricos como un marco importante, pero no definitorio, para mostrar el orgullo indomable de una mujer que no se arredra ante los incontables obstáculos que se le ponen en el camino.
Entre estos se cuentan la guerra y el exilio, como ya hemos citado, pero también otros menos comunes: el amor, por ejemplo, en la figura de sus distintos amantes, los cuales van surgiendo a modo de arquetipos, en un rol que ha sido tradicionalmente asignado a los personajes femeninos. El enfrentamiento con los hombres, de hecho, está presente en toda la novela: no tanto como una reivindicación del papel autónomo de la mujer, cuanto como un ejemplo que sirve para poner frente al lector los prejuicios de una sociedad cimentada en ideas patriarcales y masculinas. Muestra de ello es la relación que Remedios entabla en París con miembros de la vanguardia surrealista, por la que se siente atraída a nivel intelectual; pronto descubre que, en realidad, el surrealismo (y, por extensión, cualquiera de los movimientos vanguardistas de principios del siglo XX, como también todos aquellos que se han sucedido después) es una nueva dictadura, la de los sueños y el subconsciente, frente a la ya establecida, la de la razón y lo correcto. Como la protagonista afirma: «Me ha parecido que […] André Breton, como sabe que Dios no existe, intenta ocupar su lugar.»
La impresión de ser sólo «una acompañante» dentro de un mundo (el artístico) que la acepta como figura secundaria la hace comprender la necesidad de salvarse a sí misma. De ahí su huída a París, primero, y a México cuando unas u otras tropas ocupan sus distintos hogares; de ahí su búsqueda de un hombre que reúna todas las cualidades que necesita, y que sí encuentra, sin embargo, en dos grandes protagonistas que se convertirán en amigas e iniciadoras: Anaïs Nin y Leonora Carrington. Más allá de su carácter sensual (sobre todo con la primera), esas relaciones le proporcionarán una visión serena sobre la forma de afrontar su existencia. Una existencia que terminará en México después de comprobar que, tras una vida de retos y desafíos, «resignarse a lo real es el final de todo gran aventurero»; acomodada gracias al dinero de un hombre al que respeta, pero no ama, en cierto modo sola y sin compañeros, Remedios acepta su periplo como un todo, sin maniqueas decisiones finales.
Artigue ha escrito un libro bellísimo y sin concesiones, repleto de preguntas sin respuesta, pero con múltiples sugerencias. Los epígrafes surrealistas que abren cada capítulo son el emblema de su estilo: envolvente, lleno de comparaciones logradas y con una voz narrativa fascinante, un muerto que confiesa desde el más allá saber todo lo que acontece y que lo revela con pericia. Todo un acierto para imprimir misterio y enjundia a esta historia de fortaleza, de orgullo y determinación que va más allá de géneros y roles, presentando a un ser humano que decide vivir por encima de todo, incluso de sus propios miedos ante la posibilidad de equivocarse.
Sin concesiones a tendencias o modas, “La mujer de nadie” es un libro que nos recuerda que la buena literatura es aquella que nos seduce y nos inquieta. Si tienen la oportunidad, compruébenlo por sí mismos.

http://www.edicioneslinteo.com/narrativa/lamujer.html

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domingo, 26 de septiembre de 2010

Entrevista a Antonio Colinas, escritor




Antonio Colinas es un poeta, novelista, ensayista, traductor y periodista español que nació en La Bañeza, León, el 30 de enero de 1946 que ha publicado una variada obra y ha recibido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Literatura en 1982.H

izo estudios técnicos y de Historia en la Universidad de Madrid y algunos a quienes el poeta reconoce como sus maestros fueron Vicente Aleixandre y María Zambrano. El primero leía sus poemas y le daba consejos y la segunda le influyó mucho en el terreno del pensamiento.[1] Entre 1970 y 1974 se desempeñó en las Universidades de Milán y en la de Bérgamo como lector de español. Posteriormente vivió en Ibiza y luego trasladó su residencia a Salamanca.

Sus primeras publicaciones son de 1969 y pertenecen al género poético: Poemas de la tierra y de la sangre y Preludios a una noche total. En 1989 publicó su primera novela Un año en el sur (Para una educación estética).

Entre sus traducciones del italiano se encuentran la obra de Giacomo Leopardi y la poesía completa de Salvatore Quasimodo, ganador del Premio Nobel de Literatura.

En la prensa han publicado sus colaboraciones diarios como El País, ABC y El Mundo y revistas como La Revista de Occidente y Cuadernos Hispanoamericanos.

La antología de Josep María Castellet incluye su obra dentro del grupo de los novísimos.

La obra de Colinas presenta amplitud y relativa variedad, ya que ha publicado poesía, novela, ensayo y memorias, además de un tipo de prosa poética y aforística, y ha realizado también numerosas traducciones (entre ellas, muchas de textos poéticos y autores italianos).

jueves, 23 de septiembre de 2010

Julio Cortazar Toco tu boca Voz de Julio Cortazar / His voice

Táctica y Estrategia

Mario Benedetti "Rostro de vos", en la pelicula El lado oscuro del corazón


Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad

tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más

me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras

de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren

concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos

mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van

queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos

cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

La voz del poeta: Jorge Luis Borges

miércoles, 22 de septiembre de 2010

4to Festival Internacional de la Poesía en París

ESTAN INVITADOS A PARTICIPAR
Y DISFRUTAR DEL



4º FESTIVAL INTERNACIONAL DE LA POESÍA EN PARIS


La poesía Argentina : Palabras en libertad
Año Del Bicentenario De La Independencia
Casa de la Argentina

Auspicio de la Embajada Argentina en Francia y de la delegación argentina ante la UNESCO.
Jueves 30 Septiembre a las 19 h

Dirección: Cité Universitaire Internationale,
27 Bd Jourdan
Paris

19 Hs Homenaje a los poetas:
Oliverio Girondo, Olga Orozco,
Alejandra Pizarnik, Roberto Juarroz,
Enrique Molina

Las grandes voces de la poesía argentina.

Lectura:
Christian Deudon, Catherine Jarrett

19:30 HS: Travesías Poéticas:
Maria Teresa Andruetto, Silvia Barei,
Luis Benitez, Héctor Berenguer,
Marion Berguenfeld, César Bisso,
Luis Raul Calvo (“cercle” Antonio Aliberti),
Leopoldo Castilla,
Rubén Derlis (Association. “Baires Popular”),
Ramón Fanelli, José Emilio Tallarico,
Hector Urruspuru (“cercle” La Maldita Ginebra)

Poetas Contemporáneos serán
interpretados por poetas
franceses y argentinos.

Lectura:
Nicole Barrière, Claude Ber,
Héctor Cruz, Yolí Fidanza,
Elías Galati, Philippe Tancelin.
Collaboration spéciale : Michou Pourtalé
(poète argentine et traductrice)

20h30: La poesía en música :
Ada Matus, chanteuse, interprétera
des tangos d’Astor Piazzolla
et des thèmes de Tita Merello.

21h : Los poetas del festival. :
Gabriel Impaglione, Rita Kratsman,
Rodrigo Malmsten, José Muchnik,
Silvia Manzini, Ingrid Tempel,
Pablo Urquiza

Lecturas: del autor al auditor

22h: Vino y empanadas
(participación 10 euros).
Intercambio entre los participantes.

Exposición de libros:
con la participación de la
Asociación Abra Pampa
(arte franco-Argentino).

Coordinación: José Muchnik
con la participación de
Gabriel Impaglione (Isla Negra)

jueves, 16 de septiembre de 2010

LEOPOLDO MARÍA PANERO de Luis Artigue

A Joaquín Pérez Azaustre

¿Te acuerdas cuando, hace apenas mil años, vimos a ese pornógrafo de la sordidez que pagaba los platos rotos de sus lacerantes versos caminando por el filo de navaja de barbero de Madrid mientras miraba a un lado y a otro con ojos de la vida es esto?

Ese generador de realidad llamado afecto talló una emoción obscena. El aislamiento mental era una historia de imposible redención que nos implicaba emocionalmente; una abrasiva de la que no nos logramos emancipar. Lo leído palidecía. Todos queremos postergar el instante en que aprendemos a dudar de nuestros mitos –pensé- mientras juntos, e impávidos, contemplábamos como la luz del día se ensaña con los locos.

Acodado en ese barco sin mástil que es el mostrador de un bar, sin dinero que salva y con ojos de risueño hechizado parecía más que nunca el prisionero de sus psíquicos polos opuestos (duele la lucidez estrictamente metafísica de quien se enfrenta a la realidad como si él no fuera real).

Tu oposición binaria favorita, gin-tonic, poseía en aquella ocasión no contrastado apego sino el corrosivo lirismo del anciano desnudo que mira a la luna mientras porta en su mano un cazamariposas roto, pero aún así por un momento tratamos de conversar, de vivir el poema, y nos aferramos al mito de guerrillero verbal innato dejando a un lado al hombre que se suicidaba tan lentamente… Fantasmales héroes atrapados dentro de sí mismos a los que no podemos seguir. Estentórea coherencia de seres devorados cuya ternura ominosa aún parece exigirnos cuentas morales a todos. Rompedores rotos que huyen de las emociones envueltos en una aparente carencia de envergadura humana que les hace invisibles entre la gente de provecho salvo, quizá, para quien lleva por la calle puestas las refractarias gafas de la poesía...

Amigo, ¿te acuerdas de aquel día en que hablamos con el hombre que comparte el bosque con los lobos?

Sitio web del autor: http://www.luisartigue.es/
http://www.luisartigue.com/

martes, 7 de septiembre de 2010

El cuervo - Edgar Allan Poe - Audiolibro

Poetas Andaluces, Donde habite el olvido, Luis Cernuda

Donde habite el olvido, 
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea memoria de una piedra sepultada entre ortigas s
obre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
no esconda como acero 
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
sometiendo a otra vida su vida, 
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
disuelto en niebla, ausencia, 
ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
 


Donde habite el olvido.

En el centro del bosque (Antonio Colinas, España)



CANTO XXXV

Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
He respirado al lado del mar fuego de luz.
Lento respira el mundo en mi respiración.
En la noche respiro la noche de la noche.
Respira el labio en labio el aire enamorado.
Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
respiro con la savia de los troncos talados,
y como roca voy respirando el silencio,
y como las raíces negras respiro azul
arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
que inspirando la luz va espirando la sombra,
que nos anuncia el día y desprende la noche,
que inspirando la vida va espirando la muerte.
Inspirar, espirar, respirar: la fusión
de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
Ebriedad de sentirse invadido por algo
sin color ni sustancia y verse derrotado
en un mundo visible por esencia invisible.
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
y, al despertar, mis labios musitaban despacio
en la luz del aroma: “Aquel que lo conoce
se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido”.

(De Noche más allá de la noche)

Confesión del fugitivo (Juan Vicente Piqueras, España)