Pomas de, LIBRO DE LAS CERTEZAS
Llanto
Las
libélulas planean sobre el tanque de agua
quiero ir más allá de la
condición humana
saber dónde quedaron las
marcas
de tu aliento lo que fue
que miraban tus ojos el
contorno
de tus besos
de amor las pisadas
de calle Corrientes los
perfumes
el brindis
por lo que pudo ser
hay un orden secreto bajo el
desorden turbulento
existen los milagros
sí que existen
de los multiple choice que se evaporan
queda uno
así
como queda mi mano
pegada
al pequeño escarabajo
que camina hacia la muerte
al borde
del tanque
de agua
lloro
el cuerpo sabe
guardar cualquier memoria
Río
El río ya no es horizonte que está lejos
es mermelada en cada
desayuno
vejiga de agua
laguna
buganvilla líquida y bermeja
samurai de espada inacabable
establo sin relinchos
parapente del colgante que
se inclina hacia el abismo
lo único que resta
es acallar la mente
olvidarse de los oleos de
Archimboldo
las palabras de Kawabata
revolviendo el hormiguero
como una mancha
Febrero
Salgo
a la galería del oeste
la reposera de lona
el libro sobre la mesa de piedra
hielo / JB
los anteojos/ las chicharras
leo a G. Cross:
El
nudo que nos ata no se ve
no
se
ve
el nudo
que
nos ata
sube un olor a
menta desde los charcos
yuyo/ tierra
lavada después del aguacero
dentro de mí
el destino del
agua
caigo en esta
muerte horizontal
dentro de vos
la intermitencia
chispa de aire
mínimos actos de
la espera
mujer rota /en
tiras
dibujada sobre
fondo negro
algo de mí
se derrumba
para siempre
más allá
el peón
ensarta
los pastos
con la horquilla
todo lo que
existe/existe ahora
Tres
Una sucesión de peldaños
se apoya
en historias que anteceden
¿qué somos
sino la suma de lo que fuimos?
¿qué seremos
sino la cuenta de lo que somos?
la vida
tao escarpado
que
cae
hacia
lo
alto
Mi papá fumaba cada
día un cigarrillo después del almuerzo. Sólo uno. Fumaba un cigarrillo y miraba
por la ventana del comedor hacia la calle, mientras el humo daba tres vueltas
en círculos alrededor de su cabeza.
Mi papá miraba a la gente
que pasaba por la calle desde arriba. Mi casa queda en la planta alta; en la
planta baja hay dos garages y un negocio que vende inodoros, bidets, bañaderas
(bañaderas no, me dijo la dueña, se dice bañeras), y percheros de distintos
colores para colgar toallas. No hay espejos ni otra cosa. Es un negocio
aburrido y de feo nombre: "Sevlo".
Nosotros alquilamos ese local y uno de los garages para tener otra entrada,
dice mi mamá, que siempre organiza los dineros de la casa.
Mi mamá pensaba que mi
papá no sabía hacer plata. Por eso ella tenía que renegar para que no faltara
la comida en casa.
En casa no faltaba la
comida, pero faltaban muchas cosas que mi papá no podía comprar porque en el
campo nunca nada iba bien. Si no era la sequía, era la inundación, si no era la
inundación habían bajado los precios del trigo y nada alcanzaba para nada.
Una siesta mi papá dejó de fumar un cigarrillo todos los días
después de comer. Empezó a fumar también uno antes de almorzar y otro antes de
cenar. No fumes tanto, le decía mi mamá, que vas a enviciar a los chicos con el
mal ejemplo. Mi papá no decía nada. Miraba por la ventana del comedor, desde la
planta alta, a la gente que pasaba por la calle; después se iba al campo. A
veces volvía al rato porque la camioneta se le había descompuesto y otras veces
no volvía por muchos días.
Entonces mamá decía, este
hombre me va a volver loca. Y cuando papá llegaba a casa, en realidad parecía
una loca que gritaba. Papá se ponía a
mirar por la ventana y prendía otro cigarrillo.
Un día le dijo a mi mamá,
no puedo respirar. Mamá fue a la
farmacia y le trajo un aparatito que él apretaba y largaba un rocío adentro de
su boca. Desde entonces mi papá fumaba y usaba el aparatito. Pero a veces
seguía diciendo, no puedo respirar.
Mi mamá, mientras tanto,
hablaba de posibles negocios que debían hacerse para tener más entradas, de
todo lo que necesitaba comprar, de las cosas que nos faltaban y de los
programas de la tele. De vez en cuando, de lo mal que le salía la comida,
porque siempre andaba regateando algún ingrediente, o de las vacaciones que
soñaba.
Hasta que un día llegué de
la escuela y mamá estaba llorando. Me abrazó y me mostró a papá acostado sobre
el sillón rojo. Fui a darle un beso pero él no se movió. Tenía un ojo medio
abierto y el otro cerrado. Mamá empezó a gritar como cuando se ponía loca,
mientras repetía, que nos espera, que nos espera. Fui a sacudir a papá para que
se levantara pero se le cayó el brazo hacia el costado y tampoco se movió. Mi
mamá dijo, ya basta, ya basta, y me
llevo hacia la puerta, te vas a quedar en la cocina con tus primos. Mis primos
no hablaban, me miraban de reojo y yo me aburría. Después entraron las tías
cuchicheando; lloraban y me abrazaban. Algunas salieron con el café y yo me fui al comedor y me puse a mirar por la
ventana.
Desde entonces no puedo
salir de ese lugar. Veo todo pequeño y diferente. Veo las espaldas y me pongo a contarlas.
Es posible que todas esas
espaldas lleven como una marca invisible la mirada de papá.
PATRICIA SEVERIN
Del libro SOLO DE AMOR
BIOGRAFIA:
Patricia Severín es poeta y
narradora. Vive actualmente en la ciudad de Santa Fe.
Publicó:
“La loca de ausencia” -poesía- Faja de
Honor SADE 1992-Ed. Tierra Firme
“Amor en mano y cien hombres
volando” –poesía- escrito junto a Graciela Geller y Adriana Díaz Crosta. Ed.
Tierra Firme
“Las líneas de la mano” - cuentos - Faja de Honor SADE 1998- Ed. UNL
“Sólo de amor” –cuentos- Premio
Único Publicación ASDE 1999-Ed Lux y ASDE
“Poemas con Bichos”- poemas- Premio
Fondo Nacional de las Artes 2001 y Premio Municipalidad de Buenos Aires para
obra editada, bienio 2002-2003. Ed. Vinciguerra
“Libro de las certezas”-poemas-Mención Única
Premio Macedonio Fernández 2008-Ed. Grupo Editor Latinoamericano
“Una isla en la isla”-poesía- Ed. Latin Heritage Foundation 2010- Antología
“Poemas
inolvidables”-poesía- Ed. Latin Heritage Foundation
2011- Antología
"El universo de la
mentira"- poesía- Ed. Palabrava 2011
“Poemas con bichos”-poesía- (2da.
Edición) Ed. Palabrava 2011
El Programa Nacional de Alfabetización publicó, en el 2011, su cuento “Algún día va a dejar de llover”
“Anuela y la niña” –poesía- Ed. Palabrava
2012
Junto a Graciela Prieto y Alicia Barberis, creó Editorial PALABRAVA, para jerarquizar el oficio del escritor y la
literatura santafesina.
Ha obtenido, entre otros, el Primer Premio en
cuento en el Concurso Nacional Alicia Moreau de Justo; Primer Premio en cuento
Las Tierras Planas; Premio Publicación Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe;
Faja de Honor de la
Sociedad Argentina de Escritores -por dos veces-; Tercer
Premio Poesía del Fondo Nacional de las Artes 2001, y Premio Municipalidad de
Buenos Aires, con la obra “Poemas con Bichos”; Premio Macedonio Fernández,
Mención Única para “Libro de las certezas”.
Sus textos se hallan en numerosas antologías
nacionales e internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario