Cautamente descubro
Si Adán es mi ceniza,
he ido brasa
incandescencia y fuego.
También he sido
madera estacionada
oscurecida en tiempo,
añorando el secreto siseo de las aves,
el rumor estridente
de la savia
y una captura de cielo
entre el follaje.
Adán es mi ceniza.
Él está aquí
mientras me quemo y ardo
y en lenguas me levanto
sobre el aire caliente.
¿A quién, a qué, fue mi calor
de leña endurecida
lluvia estallante
pirotecnia y luces?
Cautamente descubro
que estoy frío,
deleznado de lágrimas y amores
en el unduoso polvo
de lejía y tristeza.
Adán es lo que soy.
Agónica duda
y el perenne dolor.
(En nero de 1985. Gentileza de Imelda A.)
LEVANTA MIS DESPOJOS
Si el corazón se deshiciera
como se arruina
nuestra piel
y el pensamiento
de a poco se perdiera
igual que los cabellos,
serían nuestras ansias
proporcionadas
a los huesos.
Pero pasa
que nuestra sangre
es cada vez más joven
y la mente
se asoma a las verdades
que le estaban negadas.
Y entonces
estallamos de amor
y de sapiencia,
como los viejos cueros
colmados con el vino
de reciente vendimia
volcando inútilmente
todos los pasos
que armaron esta vida.
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