EL POETA - a Carlos Drummond de Andrade.
El poeta
huele
el polvo de una
luz
inverosímil,
y no quiere mentir.
Pero celebra
el advenimiento de lo posible,
como una mitad
de historia
y una mitad de palabra.
Adhiere con su cuerpo
a la emoción de las llamas
de un incendio
infinito,
que ha devenido
dulzura
por un atajo de crimen
y benevolencia.
Está así en una
cumbre
de dignidad
y de espesura,
que lo convierte en un fantasma
demorado,
en un espectro vivo
de utopía y espanto.
Y el también
espera
que lo ilumine
el alba.
- Publicado en el diario "El Litoral" de Santa Fe en agosto de 1987.
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