jueves, 15 de julio de 2010

Luis Artigue


EL HOMBRE DE CRISTAL
Al hombre de cristal le duelen las heridas
pero te entrega flores,
risas,
arcos
iris en días de lluvia.
¡Es bello regalar cosas efímeras!

El hombre de cristal riega la tierra
con zumo verde o lágrimas
y luego se resarce con poemas.
Tiene miedo
mas cubre la tristeza con trencas coloristas
que añaden a sus gestos duración
y
singularidad…
De vocación: excéntrico.

En efecto
a veces huye.
Nada gana.
Nada tiene
porque al abrir las manos nunca encontró monedas.
El hombre de cristal finge entereza
pero puedes fiarte
de su sísmica
piel.

Nunca supo soñar
que luchaba en batallas o cazaba elefantes
pues no eligió el valor sino la curiosidad.
Una vez dio su amor
y se parecía al loco que suplica a una estatua,
pero
con cierto minimalismo
emocional concentrado en el tintero de su lengua
adivinó tu cuello, piel, ombligo;
laderas y caderas…
Esas zonas del cuerpo en las que rompe el mar.

Aprendió a pronunciarte.
Y dijo sed, sudor. Dijo después mentira
como un modo instintivo de volver a su miedo
pero tú creíste en él.
Dedos, dijo también. Dijo después tobillos,
lóbulo, seno, espalda
y supiste de ti. Verbalizó la entrega
antes de decir sexo
porque al abrir sus manos expuestas de mendigo,
al abrazar tu cuerpo con labios de mendigo,
al desgranar sonidos rítmicos de tu boca
dejaste de sentirte vulnerable
y fuiste
rauda
lluvia sobre la tierra.

Y es que al posar sus manos temblorosas,
inútiles,
difíciles
encima de tu vida
ya que nada tenían
te abrazaron.

Y de pronto
toda tú

fuiste
luz.


De: El hombre de cristal y otros poemas
Colección Esquío, 2004
Premio Esquío de Poesía


EL LISIADO

Mi mesita tiene forma
de máquina registradora vieja
y sus cajones detestan el orden
como
invitando al melancólico reencuentro con las cosas.

Ha aparecido un álbum
con fotos amarillas de tanto recordarte
y todo
regresa resumido de repente:
el chispazo, el comienzo, el miedo fascinante,
la rebelión de Dios o su revelación,
el desamor, sudor, la piel cosida,
la brújula viciada
de los necesitados,
cierto viaje en carreta a donde todo empieza
y mis ojos de acueducto, el riesgo, el entusiasmo,
ese silencio de quien trata de tomar impulso
o abalanzarse
hacia tus labios, sí, de experta prestamista...

Todo estalló –qué palabras tan bélicas–
la primera vez que te referiste a mí como “un lisiado”
aunque tenías razón;
ahora lo sé.

Cuando los jorobados
nos tumbamos en la hierba para ver las estrellas
en nuestra espalda hay un pedestal.


De: Empezar por el número tres (Poesía 1995-2005)
Colección Provincia, 2008
Reelaboración conjunta de tres libros ya agotados -POR SI ACASO LA VIDA, TU AROMA EN LA LICORERÍA y TRES, DOS, UNO...JAZZ- y una plaquette inencontrable -PROHIBIDO FIJAR CARTELES-.


ME SUMO A TU APLAUSO, ÁMSTERDAM
A Germán Gullón.

Ven,
no tengas miedo
al factor de corrección de los recuerdos
ni a esa exposición absoluta de las chicas de oriente de los escaparates
las cuales lo repiten
como quienes saben curar invisiblemente:
después de la primera concreción impuesta por el deseo ya todo es tránsito.
¡La plenitud sensorial parecía un crimen en tus ojos!
Ven,
-cerciórate de que explorar la noche sentado junto a la ventanilla
en un tranvía de Ámsterdam
implica evocar el tren de la bruja-
y no rehúyas después ese hospital homeopático que era la noche en
Rembrandtplein
entonces,
tras entrar a meditar por vez primera en un coffee shop con algo de templo
budista
anexo a dos locales donde las empleadas del sexo
escindían cada vez más su cuerpo y su alma
(lo dice esta ciudad: la vida, como un viaje en tranvía, consiste
en ir emocionado de estación en estación).

No
vuelvas a conformarte con una suerte de bata de fotógrafo de color azafrán
sobre tu cuerpo antes de descalzarte
y cerrar los ojos para ver los orificios de tu mente por los cuales entran ratas
y luz.
Así sabrás
que los dioses
se desvanecen
dentro de ti.
Regresa
a ese momento en el que expandiste tu fe normativa
para poder volver al poco a comparar estigmas con los inmigrantes alcohólicos
que intercambiaban su melancolía en los cafés oscuros atestados de confort
emocional
y música
en directo.
Te mostraré quién eras
y como un humorista abstracto podrás consagrar el paisaje irreconocible
en honor al devenir.

Así sabrás que en tu memoria eres otro.

Así dejarás de intentar que tu pasado te reconduzca
tras comprobar con qué dulzura la libertad toma partido en las almas….


Ámsterdam
estaba lleno de objetivos mentales exigiendo ser cazados al vuelo y tú
como un borracho de iniciaciones mirando la luna embotellada del

Barrio


Rojo.


De: Los lugares intactos
Pre-textos, 2009
XXX Premio Arcipreste de Hita


EL CIRCO

La personalidad-juguete. La autoridad de las metáforas. Algo tan severo y ridículo como la dicha… Para que la lejanía que conserve tu rostro se suavice con una sonrisa quiero llevarte al circo.

Allí, a modo de conspiradores contra la normalidad, compartiremos ese entusiasmo coral y nos abandonaremos a las simplicidades de la carcajada. Allí nuestra identidad individual correrá de un lado a otro lo mismo que un rumor. El riesgo casi cósmico de los equilibristas rozando el esplendor de lo imposible. Los colores. Distorsiones. El payaso –el hombre enigma- nos hablará indirectamente de la pureza mediante su ridículo disfraz. Y la alegría, esa apertura del ser, se nos mostrará de pronto como la realidad humana más excelsa.

Caricatura de la existencia el circo.

Ceremonia minuciosa de la inteligencia libre.

Y es que, manzana de mi árbol, en verdad quisiera ver como te disparatas momentáneamente igual que los payasos, como que los santos lunáticos, al modo de esos caballeros andantes que llevan escrito en su alma que lo trágico es lo cómico grotesco. Colores como eslabones en la fiesta de inauguración de casi todo. El elemento deformador del arte ante nuestros ojos mientras la prisa loca de los oficiantes de la risa intenta sugerirte, aunque aún no lo entiendas, que lo contrario de los payasos son las fieras.

Entonces –igual que arqueros que acaban de atravesar la cabeza en vez de la manzana- nos conmoveremos cuando, entre el coro de cómicos, el arlequín se aísle melancólicamente. Tus pupilas, dos monedas diferentes, se ensancharán para abarcarlo todo. Ah, la inocencia penetrante. Los leones atravesando un aro de fuego o la violencia de la fecundación vivificándolo todo…

En efecto, la autoridad de las metáforas.

Para que la lejanía que conserve tu rostro se suavice con una sonrisa quiero llevarte al circo (sí, quiero ir contigo al reino de las cosas tal como empezaron siendo).


De: La noche del eclipse tú
Visor, 2010
VIII Premio de Poesía Fray Luis de León


Luis Artigue (León, 1974) en EL VIAJERO SE HA IDO, COMO ES LÓGICO (Linteo, 2002) recreó el mundo de la bohemia femenina del París de los locos años 20. “Una novela brillante que introduce con habilidad al lector en un mundo repleto de sugerencias” (José María Merino).“Empezando por el título en estas páginas abundan las frases con vocación de cita literaria” (Juan Pedro Aparicio). “Una historia contada con originalidad, elegancia y fina mano literaria… Un autor al que conviene seguir” (Luis Mateo Díez). “Personalmente al terminar de leer esta novela tuve ganas de releerla y eso es lo mejor que se puede decir de cualquier lectura” (Carmen Gómez Ojea, La Nueva España).

Su obra poética está reunida en el volumen EMPEZAR POR NÚMERO TRES (poesía 1995-2005), y los poemarios LOS LUGARES INTACTOS (Pre-textos, 2009) y LA NOCHE DEL ECLIPSE TÚ (Visor, 2010).

Ha obtenido el Premio de Narrativa Fundación UCM por su segunda novela LAS PERLAS DEL LOCO VENTURA (Edaf, 2007): “Obra imaginativa habilidosamente trazada” (Ricardo Senabre, El Cultural de EL MUNDO). “Un autor en posesión de una rara madurez literaria” (Juan Angel Juristo, ABC de las letras). "Luis Artigue se ha revelado como un novelista muy original" (Nicolás Miñambres, DIARIO DE LEÓN).

Posteriormente publicó LA MUJER DE NADIE (Linteo 2008), una historia sobre el donjuanismo femenino en el México surrealista. “Estupendísima novela; un escritor de raza”, (Ana María Moix). “Arriesgada, controvertida y fascinante igual que su .protagonista: Remedios Varo” (Inmaculada de la Fuente, Babelia de EL PAÍS).

Es Premio Ojo Crítico de Radio Nacional de España.

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