sábado, 1 de octubre de 2011

Francisco José Millán


Adónde

     Adónde va la voz sin horizonte
entre vientos muchas veces desgarrada
después del alud de aconteceres
que llegan al instante en que se hunden
los veleros del alba
    Ah brújula que gira confundida
buscando su equilibrio y el desitno!
    Sin la ruta del águila
brotan hongos-proclamas de sed alucinada,
se repliega la frente separada del cielo
y sufrimos
en los rotos espejos de los sueños
la nostalgia del ala y del silencio,
la perdida arquitectura de las horas
que antes tejían su espacio sin premura
contra los soles ácidos y oscuros.
     Ah sucesión de fácil guillotina
fragmentando la aurora en bloques apagados
que flotan en el tiempo!
    Adónde va la voz mientas clausuran
el pulso de la tierra!
cuando encendidas naves de la idea
van a la deriva
 y lentamente crece la desnudez de los inviernos,
lentamente, las dimensiones de las torvas arenas
como la árida maduración de las piedras lunares,
lentamente como una lenta lluvia cósmica
poblando el universo.

Regreso

    Sombra que siega con acorde mudo todas las escalas de la luz,
que desanuda el axis del aliento
como el crepúsculo de un día cansado,
como el dulce párpado que nubla el horizonte
sin premura.
    Tenue pluma del beso que roza en lo profundo 
apagando las fanales del pulso
sin sublevar la carne ni las ansias,
sin emores de límite y de noche
    Tan solo el desandar de suave pie 
que pisa la grografía del silencio
como un regreso.

Retrovisión

    Vuelves la cabeza y ves la distancia:
el ascenso por espacios del alba
los encuentros, la generosa fuente
la explosión de pétalos y el vuelo.
    Tan lejos los ves y continúas
la endurecida piel de los caminos
    Hay una sed de andamios imposiles,
arrugados saltos del intento
    Hojas secas de olvido se acumulan,
pasan años iguales y un instante:
lo descencadenado y el abusmo
un furor de sienes y metales
ruptura de palomas y el silencio
    Cuan inmensos territorios de la llaga!
    Ah el tiempo que en el tiempo va engastado!
    Oh dulce pendiente de la calma
descanso de arenas y crepúsculo!
    Hay una lejanía en tus ojos
por todo lo que fue o nunca llegó a ser
una melancolía de azul destituido
una sombra de niebla demorada
y esa luz bondadosa que quebraron...
    Tanto humo y promesas en el viento
inclementes signos de la nada!
    Y sin embargo el  ala, que es libertad y es puerto 
enferveciendo el alma
despierta las campanas en la cumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario