viernes, 19 de abril de 2013

Alberto de Jesús Goicouria

"AMALGAMA DE LA FUGACIDAD"


1.

EL FERVOR POR LA BELLEZA COMO UN TRABAJO INDIVIDUAL PERO NO SOLITARIO



 ¿Por qué las ilusiones se desgastan
y no el sigiloso paso de los días?

A modo de respuesta

los sonidos de mi cuarto vacío

me susurran que la raíz nace

       y se aferra a la oscuridad

–a lo que no vemos con los ojos abiertos como perlas-.



Y agradecemos y celebramos el fruto,

las ramas que crujen;

           resignamos las hojas que caen,

    festejamos los brotes,

descansamos a la sombra,

     pero la negrura de la tierra seca

        no muta, no cesa, no se fatiga,

     no

     necesita

     de adulaciones líquidas.



Cuando buscamos la raíz de lo que somos desaparece

    pues impera en la transparencia de lo desconocido

con movimientos de mimo,

con cinismo de sauce llorón.



Asombro y torpeza de niño en la pulpa de la identidad…



¿Cómo no detenerse cuando el espectáculo comienza?

    ¿Cómo no correr, como no salir en busca del autor o del principio

luego de degustar de la maravilla del vivir así,

con esa  euforia que estremece

mientras el viento todo lo rodea?



Congruencia de centros,

                     disposición del espacio

para mezclar y conjugarse ágilmente con el tiempo,

     ante    la     lentitud    de    la    ceguera,     

ante

la mudez de silencio.



Disposición de la inmensidad,

       corazón

   instintivamente expectante

mientras el show del ser      se origina más allá de la vista,

como el pensamiento,

más allá de las palabras.



Humanidad de cepa misteriosa…



La penumbra nos abrió el alma

   y, sin embargo, ¿caminamos hacia la luz?



Al menos surte efecto la existencia del poema

que nos ayuda a vislumbrar nuestro yo como

si lo que somos y lo que quisiéramos ser estuvieran atrapados

y saludándose en orillas diferentes del río de la vida.

Hola, lado mío.

***




pero la palabra salva ciertas distancias…


     La palabra ve la muerte que aún no existe,
         sufre esa muerte,
            es esa muerte.
   
   Y siente la vida,
         es esa vida,
           se desgrana
        y se reconstruye.

La palabra me ahonda en el vacío
     y me abre al mundo,
     me conecta con el mundo;
     la palabra,
a veces,
es el mundo.

La palabra nace,
       hay palabras que son capaces de sondear nuestro universo prelingüístico,
     y porque lo sé
         yo recuerdo
no pocas historias con un eco…
  
Palabras que salvan vidas,
      que construyen puentes,
   que anuncian y llevan muerte como moneda de cambio…

 palabras que no nombramos,
        palabras que no hemos olvidado porque no conocemos,
             palabras, palabras que nos componen
     que nos visten, que nos arropan, que nos enseñan a hablar,
          palabras que cayo,
                  palabras que son sentencia,
      que son la última palabra,
palabras que son después de muerto y
    muerto es una palabra.
     

Construimos el olvido…
          
                                    palabra a palabra

Construimos grandes catedrales…

                                    palabra a palabra

Encendemos el fuego
                sofocamos el alma
      para esa vaga carencia que se queda y no se va
hasta hacer latir el corazón
          como una hebra de árbol al viento…

La palabra es esperanza…
     la última sonrisa que calla un muerto. 

***



todavía se espera el tiempo;

todavía

no sueño que ha venido Borges a arrancarme los ojos para ponérselos en su cara sabia…

No hay tiniebla más grande

que el dolor de la culpa irreparable,

ojos mortales que sentencian sin piedad,

con manos que mecen la bondad y la belleza

como quien intenta apagar un leño consumiéndose por el fuego desde dentro.



La paz sabe de tristezas,

           conoce la tortura de construir torres

y que estas se caigan como un corazón en el aire,

    como almas que se elevan y se precipitan en las primeras gotas de la tormenta.



Sin embargo,

          el limbo está tan cerca,

      todo está tan cerca que

  ya no importa el camino,

         ya no importan las huellas,

   ya no existen mapas…

   porque siempre es demasiado temprano,

todo sucede después, cuando cae todo,

    porque ahora nada pasa,

     porque ahora todo espera,

       nosotros,

                 la hora,

                             el tiempo…

     y el llanto que escuchamos en soledad

        es una melodía que no atendemos

           al no poder soportar el silencio.
 

 


Amalgama de la fugacidad es mi primer poema editado y forma parte de la " Cuadernos y Palabras", Colección LuzAzul que Organiza y dirige Oscar A. Agú. Así mismo, aprovecho la ocasión para agradecerle a Oscar el permitirme subir el poemario a la Editorial Virtual Bubok. 

El link del poemario es: http://www.bubok.com.ar/libros/193827/Amalgama-de-la-Fugacidad

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